Aceite y Harina de Chía
Aceite de Chia
El aceite de chía se obtiene a partir de la semilla de chía por extracción en frío, el método de producción que permite preservar inalteradas las cualidades únicas que le ha otorgado la naturaleza.
El aceite de chía aporta alta calidad y cantidad de Omega-3 y además también cantidades menores de Omega-6. Su sabor es suave y agradable, y no afecta el de las comidas; por lo tanto es un complemento ideal para las ensaladas, guisos, salsas, pizzas, pastas, etc. y el reemplazo o suplemento más saludable para otros aceites comestibles utilizados en la cocina.
Gracias al Omega-3 y sus extraordinarias propiedades, favorece la reducción del colesterol y es fundamental en la mejoría de las enfermedades cardiovasculares. Además es fuente de antioxidantes naturales y muy bajo en sodio. Y aporta alto valor nutricional en etapas importantes como el embarazo.
En promedio el aceite de chía tiene un 63% de ácidos grasos Omega-3, el valor más alto que se obtiene en cualquier producto natural. Por oposición tiene un contenido de ácidos grasos saturados 2.8 y 5.1 veces menor, respectivamente, que el aceite de pescado (de una especie de róbalo) y de algas.
Harina de Chia
La harina de chía o salvado de chía, se obtiene por un cuidado proceso de triturado de la semilla que no altera sus propiedades naturales únicas, reteniendo un 20% de los lípidos originales de la semilla.
La harina de chía es un alimento completo, funcional, y consumible de muy diversas maneras. Es liviana y muy equilibrada. Es fuente de nutrientes esenciales para el ser humano que se conservan en su cáscara durante el proceso de triturado en frío. Disuelta en el agua, sus hidratos de carbono forman compuestos que mejoran la absorción de nutrientes en el sistema digestivo.